miércoles, 22 de junio de 2011

La cultura de lo simultáneo

La aparición de Internet en nuestra vida cotidiana dio lugar a nuevas formas de sociabilización. Una de esas nuevas actividades en la red que cambió la forma en la cual se daban las prácticas sociales es el chat. El chat puso en juego los conceptos de lo “real” y lo “virtual”. Rosalía Winocur sostiene que esa clase de comunicación está basada en lo que cada quien quiere mostrar de sí mismo, en como cada uno quiere ser visto frente a sus propios ojos. Señala también la confusión que puede generarse a partir de las relaciones que nacen en el plano de lo virtual, así indica que “las expectativas formadas durante el intercambio virtual-cuando cada quien se construyó al otro a su medida- incluso cuando previamente hubo un intercambio de fotos y datos “reales”, casi nunca coinciden con quien se presenta en el plano “real”. Sin embargo, señala también las posibilidades que brinda el chat cuando es utilizado para seguir en contacto con quienes se hallan geográficamente lejos. Así, el chat aparece como un recreación de los vínculos en otro escenario, en lugar de una sustitución de los mismos. Winocur, agrega además que la creciente importancia de Internet en nuestra vida cotidiana, social, política y académica, que está transformando los modos de organización y los sentidos de pertenencias, como el deseo de integrar comunidades virtuales, no reemplazarán las formas de sociabilidad tradicionales, más bien conviven con ellas.

En relación a los usos y accesos a las tecnologías cabe aclarar que el acceso a Internet no garantiza la igualdad de oportunidades para informarse, debatir o simplemente jugar, puesto que las diversas pertenencias socio-culturales dan lugar a distintos contextos de apropiación de la cultura a través de Internet. En el proceso de sociabilización de Internet intervienen así fundamentalmente tres agentes: la escuela, los pares y los medios de comunicación.

Acerca de los cambios en las percepciones de tiempo y espacio, Roxana Morduchowics, explica claramente que los jóvenes vivimos en una cultura donde al encontrarnos en contacto permanente con las pantallas estamos acostumbrados a relacionar, a asociar y a comparar, a diferencia de los adultos, con mucha mayor rapidez, inmediatez y fragmentación.

Por último, es importante señalar que junto con la aparición de las nuevas tecnologías, se modificaron también las prácticas desarrolladas en torno a ellas, así, en nuestra vida cotidiana, es habitual que nos despertemos con la alarma del celular, que desayunemos mientras vemos el noticiero en la televisión o que mientras estemos conectados a Internet escuchemos la radio. Entonces sí, como indica Morduchowicks, nos hallamos en una cultura de lo simultáneo. 


Tatiana Chávez Deluchi



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